El consumo de suplementos para hacer ejercicio es una práctica habitual que realizan las personas con el fin de mejorar su rendimiento deportivo. Hoy se calcula que al menos 4 de cada 10 individuos que desarrollan actividad física por lo menos dos veces a la semana toman o comen algún producto para optimizar sus tiempos, aumentar su fuerza o incrementar su estado físico.
Sin embargo, es claro que, si este tipo de suplementos no se escogen con la ayuda de un médico o especialista, pueden hacer daño al organismo. ¿Por qué? Sencillo, el cuerpo no puede metabolizar de buena manera este tipo de sustancias cuando se consumen en exceso, generando problemas en el hígado, en los riñones, dificultades cardiacas y hasta dependencia.
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De acuerdo con William Felipe Martín, docente del programa de Entrenamiento Deportivo de Areandina, sede Bogotá, no todas las sustancias que se encuentran en el mercado poseen una evidencia científica de alto nivel que soporte su efectividad. “Esto conlleva que aparezcan diferentes riesgos para la salud debido a su consumo no controlado y supervisado por un profesional, en este caso un nutricionista o carreras afines”, señaló.
Según Martín, cuatro son los principales daños físicos que puede presentar una persona si consume suplementos deportivos sin prescripción médica ni mayor control.
Riesgo hepático
El consumo de esteroides anabólicos o prohormonas, pueden causar daño en el hígado. “Este órgano es el responsable de filtrar las toxinas del cuerpo, y el exceso de nutrientes o sustancias puede sobrecargarlo”, dijo.
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Problemas renales
Los suplementos con alto contenido de proteínas o creatina pueden sobrecargar los riñones, especialmente en personas con problemas renales preexistentes. “Este órgano es el responsable de filtrar la sangre y eliminar los desechos, y el exceso de trabajo puede dañarlo”, comentó Martín.
Dependencia
Algunos suplementos, como los que contienen estimulantes, pueden ser adictivos. “Esto puede llevar a problemas de salud física y mental, como ansiedad, insomnio y depresión”, explicó el profesor de Areandina.
Patologías cardiovasculares
Si bien la evidencia no es concluyente, algunos autores mencionan que el uso en exceso de esteroides anabólicos podría tener un efecto sobre la salud cardiaca al favorecer la aparición de placas de grasa en las arterias.
Igualmente, el especialista entrega recomendaciones muy prácticas para escoger alimentos naturales y no dañinos que ayudarán a mejorar el rendimiento físico.
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Inicialmente, aconseja visitar a un nutricionista con el fin de que evalúe las características morfofisiologías de la persona y le indique objetivos reales a corto, mediano y largo plazo, relacionados con su nutrición.
“Este profesional deberá crear un plan alimenticio basado en las necesidades del individuo y que no se enfoque en la restricción (como lo hacen algunas dietas recomendadas en redes sociales), sino en la adherencia al plan, permitiendo la creación de un hábito que perdure para toda la vida”, aseguró el experto.
Igualmente, en caso que el especialista lo considere necesario, recomendará el uso de algún suplemento, dependiendo del objetivo que quiera lograr su paciente. “Por ejemplo, podrá darle proteína de suero de leche, creatina, multivitamínicos, Omega 3 o Vitamina D”, explicó.
Por último, Martín insiste que las dietas o los planes nutricionales no son recetas de cocina que se pueden seguir al pie de la letra y que funcionan para todos. “Lo que se recomienda es seguir las recomendaciones de los profesionales calificados y certificados”, concluye.
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Cinco alimentos naturales mejoran el rendimiento físico
- Huevos: Son una fuente completa de proteínas, lo que significa que contienen todos los aminoácidos esenciales. También son ricos en vitamina A y D, además de Hierro.
- Salmón: Es un pescado azul rico en ácidos grasos como Omega 3, que son beneficiosos para la salud del corazón y del cerebro. También, son una buena fuente de proteínas y vitamina.
- Avena: Es un cereal integral rico en fibra que ayuda a regular el sistema digestivo. Igualmente, es una buena fuente de vitaminas y minerales, como la vitamina B1, hierro y el magnesio.
- Frutos secos: Son una fuente de energía, proteínas, minerales y grasas saludables. Además, contienen fibra.
- Verduras de hoja verde: Son una fuente de vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes.
