- El 97% de las personas con asma grave presenta limitaciones en sus tareas cotidianas
- El 83 % de los afectados tiene un impacto negativo en sus relaciones personales.
- Ansiedad, depresión y despertares nocturnos son algunos de los síntomas.
El asma es una enfermedad compleja asociada con la inflamación crónica de las vías respiratorias que dificulta la respiración. La mayoría de las personas con asma pueden controlar eficazmente su afección con medicamentos. Sin embargo, algunos casos de asma se clasifican como graves y pueden ser más difíciles de controlar, alterando su vida diaria.
Las personas con asma grave experimentan regularmente síntomas como tos, sibilancias (silbido en el pecho) y dificultad para respirar, los cuales interrumpen el sueño y las actividades diarias. También están en riesgo de exacerbaciones potencialmente mortales que pueden requerir hospitalizaciones de emergencia.
A nivel global, más de 350 millones de personas viven con asma y se preveé que la población mundial con esta enfermedad alcance más de 400 millones de personas para el 2025. Esto significa que la carga pública del asma continuará creciendo.
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Se estima que la prevalencia del asma en Colombia es del 12.1% de la población. Esta enfermedad prevalece en el 19% de los niños y en el 16,8% de los adolescentes. Contrario a lo que popularmente se cree, el asma afecta tambien a los adultos, con un 9,7% de prevalencia en este grupo poblacional. Por su parte, los pacientes con asma grave persistente representan el 5% del total de la población asmática y constituyen el 37% del total de los costos de atención médica).
Nuevas miradas sobre el asma
Existen distintos tipos de asma, los cuales pueden ser causados por diferentes respuestas del sistema inmunitario. Investigaciones recientes evidencian que un tipo particular de inflamación, denominada tipo 2, a menudo es la causa del asma grave. La inflamación tipo 2 está presente en el 50-70 % de las personas con asma. El asma causada por inflamación tipo 2 también se conoce como asma tipo 2.
Este tipo de inflamación (tipo 2) puede ser una causa subyacente de otras enfermedades como rinitis alérgica, pólipos nasales y dermatitis atópica.
La ciencia desafía al pensamiento convencional, especialmente la creencia que el asma es predominantemente desencadenada por factores externos, como el polen, el humo, los cambios climáticos o el ejercicio.
Los especialistas reconocen que un sistema inmunitario hiperactivo puede desencadenar inflamación de las vías respiratorias, lo que hace que se estrechen, dificulte la respiración y cause tos y sibilancias (silbido en el pecho).
Los científicos están investigando actualmente formas para reducir la inflamación tipo 2, lo que podría ayudar a las personas afectadas a lograr un control óptimo del asma.
Tratamiento
El tratamiento del asma grave por lo general, está compuesto por medicamentos de control y rescate. Muchas personas con asma grave dependen de corticosteroides orales. La exposición a largo plazo a corticosteroides orales puede causar eventos adversos, como hipertensión, diabetes, osteoporosis y síndrome metabólico.
Si bien la mayoría de las personas pueden manejar el asma con los medicamentos de control, entre un 5% y un 10% de los casos de esta enfermedad se clasifican como graves y pueden ser mucho más difíciles de controlar.
Teniendo en cuenta que los avances científicos evidencian un aumento de la comprensión de las causas del asma, es hora de identificar nuevas formas de brindar atención a las personas que viven con asma grave y de reducir su impacto en los pacientes, las familias, los sistemas de salud y la sociedad. Teniendo en cuenta lo anterior, existe una necesidad de iniciativas colectivas que trabajen sobre las necesidades insatisfechas de quienes conviven con esta patología, tanto en Colombia como en el resto del mundo.
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A pesar del impacto de los síntomas, muchas personas que viven con asma no ven su afección como seria, adaptan su estilo de vida y reducen sus expectativas para controlar el asma.
Otros estudios mencionan la brecha existente entre la percepción del paciente y la realidad de sus síntomas. Estudios de M Fletcher arrojaron los siguientes datos:
- El 80% de las personas creen que el asma limitará sus actividades y afectará su vida. Por ende, casi dos tercios (60 %) cree que el control de su asma no se puede mejorar.
- El 84% de las personas que experimentaron al menos un ataque severo en el año anterior creen que su asma está controlada.
- El 20% de los que consideran que su asma “no es grave” acudieron a urgencias debido al asma, en el año anterior.
- La baja expectativa de los pacientes frente al control del asma puede estar influenciada por experiencias de otras personas, así como por el abordaje actual de esta enfermedad. De hecho, las personas con asma grave a menudo presentan varias exacerbaciones graves antes de ser remitidas al especialista y pasan hasta siete años experimentando distintos tratamientos que no logran controlar su asma.