- Según la Organización mundial de la Salud, OMS, hoy en día, la resistencia a los antibióticos es una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo.
- Los efectos adversos de los antibióticos pueden desencadenar alergias, daño renal y hepático, lo que en estancias hospitalarias se ve reflejado en el incremento de los costos médicos y aumento de la mortalidad.
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La resistencia bacteriana es el mecanismo por el cual una bacteria se defiende frente a un antibiótico para que no sea eliminada. Según la Dra. María Virginia Villegas, internista infectóloga, especialista en Microbiología y estudios en Resistencia Bacteriana: “las bacterias aprenden cómo evitar que un antibiótico las mate, estas pueden seleccionar unos mecanismos a través de mutaciones en el sitio donde el antibiótico se adhiere o lograr producir unas enzimas que dañan los antibióticos. Así mismo, pueden pasarse información entre bacterias diferentes para volverse resistentes, por lo que una bacteria que sobrevive a un antibiótico pasa la información a otra para que mute y este antibiótico no la elimine en un futuro”.
La experta en infectología agrega que los antibióticos son medicamentos que deben ser utilizados para prevenir y tratar infecciones bacterianas diagnosticadas por un especialista. Para ello, se realiza un cultivo que indique cuál es la bacteria y su sensibilidad al antibiótico. No obstante, se puede considerar necesario el uso de antibiótico cuando se presenta un cuadro de infección severo, diagnosticado por signos y síntomas claros, a pesar de no tener una muestra de laboratorio.
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El Sistema Mundial de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos de la Organización Mundial de la Salud, denominado GLASS por sus siglas en inglés, reveló a enero de 2018 la presencia generalizada de resistencia a los antibióticos en muestras de 500.000 personas de 22 países en las que se sospechaban infecciones bacterianas, determinando que las más resistentes y frecuentes son: Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae, Staphylococcus aureus y Streptococcus pneumoniae, seguidas de Salmonella spp.
“Las cifras en Colombia de esta problemática varían de hospital a hospital y entre departamentos. La resistencia bacteriana en los hospitales cambia de acuerdo con la bacteria involucrada. En la red de resistencia bacteriana de 35 hospitales en el país, liderada por el grupo de investigación de la Universidad El Bosque, se han detectado altas cifras para los antibióticos que solían ser los más eficaces contra el S.aureus ( hasta 45 % ) y las bacterias Gram negativas como E.coli ( 20 % ), K.pneumoniae ( 45 % ) y P.aeruginosa ( 35 % ). Bacterias que generalmente infectan a los pacientes durante su hospitalización” indicó la Dra. María Virginia Villegas, internista infectóloga, especialista en Microbiología y estudios en Resistencia Bacteriana.
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En los últimos años se ha generado un aumento progresivo de la resistencia de las bacterias a los antibióticos, por lo que resulta imprescindible usarlos de forma responsable y prudente para mejorar las tasas de resistencia. Evitar la automedicación es una de las acciones determinantes en esta batalla contra las bacterias.
Para la Organización Mundial de la Salud, OMS, “la resistencia a los antibióticos se acelera con el uso indebido y abusivo de estos fármacos y con las deficiencias de la prevención y control de las infecciones. Todos los días aparecen y se propagan en todo el planeta nuevos mecanismos de resistencia que ponen en peligro la capacidad para tratar enfermedades infecciosas comunes, que pueden presentarse a cualquier edad” Por ello, se busca sensibilizar a la población en general para que adopte las siguientes medidas que ayudan a reducir el impacto de este fenómeno y limitar su propagación:
- Tomar antibióticos únicamente cuando los prescriba un profesional sanitario certificado.
- No solicitar prescripción de antibióticos, si los profesionales sanitarios consideran que no son necesarios.
- Seguir siempre las instrucciones de los profesionales sanitarios con respecto al uso de los antibióticos.
- No utilizar los antibióticos que sobraron a otra persona.
- Prevenir las infecciones lavándose frecuentemente las manos, preparando los alimentos en condiciones higiénicas, evitando el contacto cercano con enfermos, adoptando medidas de protección en las relaciones sexuales y manteniendo las vacunas al día.
- Preparar los alimentos en condiciones higiénicas tomando como modelo las cinco claves para la inocuidad de los alimentos de la OMS (mantener la limpieza; separar alimentos crudos y cocinados; cocinar completamente; mantener los alimentos a temperaturas seguras; y usar agua y materias primas inocuas), así como elegir alimentos para cuya producción no se hayan utilizado antibióticos con el fin de estimular el crecimiento, ni prevenir enfermedades en animales sanos.