Según un estudio realizado por la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, el uso masivo de mascarillas disminuye la propagación del COVID-19 y cuando se combina con medidas de confinamiento previene futuras oleadas del virus.
El estudio ofrece nueva evidencia de que las mascarillas o tapabocas pueden ser muy útiles para evitar una creciente ola de contagio. Sin embargo ante la emergencia sanitaria generado por el COVID-19 y con la llegada de la nueva normalidad, el uso de la mascarilla incrementa la incidencia de ojo seco.
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“El trabajo en casa se ha incrementado y el uso de mascarillas en espacios públicos ante la llegada de la nueva normalidad es más constante y de un uso más prolongado al que las personas estaban acostumbradas inicialmente. Enfermedades como el Síndrome de Ojo Seco ha sido una de las patologías de más visitas al consultorio médico” afirma Andrés Rosas, médico Oftalmólogo.
Mitos y realidades entorno el Síndrome de Ojo Seco
MITO 1. “El ojo seco es una simple resequedad”.
¡FALSO! Es una condición que ocurre cuando las lágrimas no lubrican los ojos de forma adecuada. Aproximadamente 1 de cada 7 pacientes entre los 65 a 84 años reporta síntomas de ojo seco de forma frecuente o durante todo el día.
El Síndrome de Ojo Seco es una afección que se ha incrementado en el mundo y afecta al 40% de la población a nivel mundial. Se estima que el 30% de las personas que acuden a consulta lo hacen por este motivo.
MITO 2 “La enfermedad del ojo seco solo afecta a pacientes mayores”.
¡FALSO! Un ojo sano en niños debe parpadear 20-22 veces por minuto, un niño delante de una pantalla puede reducir su frecuencia a 6-7 veces durante un tiempo relativamente prolongado.
El uso de pantallas se ha incrementado en niños y jóvenes por el SARS-CoV-2 en el país donde se brindan clases en línea y los estudiantes pasan en promedio, dos y seis horas diarias en la pantalla como parte de su educación escolarizada, pero también por el uso de la televisión o redes sociales, de modo que, ese tiempo de exposición se ha quintuplicado.
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MITO 3 “Se asocia el ojo seco a las mascarillas o tapabocas”
¡VERDADERO! – El flujo de aire hacia los ojos, cuando usamos tapabocas, acelera la evaporación de las lágrimas en los ojos, lo cual aumenta las posibilidades de causar síndrome de ojo seco.
“El aire caliente en los ojos puede aumentar la resequedad en la película lagrimal, lo cual puede causar Síndrome de Ojo Seco o aumentar sus síntomas asociados” afirma el doctor Andrés.
MITO 4 “Se aplica el mismo tratamiento para todos los pacientes”
¡FALSO! No existe un tratamiento único para el ojo seco, entre los tratamientos más comunes para este síndrome, se encuentran las lágrimas artificiales, que alivia los síntomas, dan lubricación y viscosidad, mejorando la humectación de la superficie ocular.
MITO 5 “El uso excesivo a pantallas puede generar el síndrome de ojo seco”
VERDADERO – El uso de pantallas reduce la frecuencia con la que parpadeamos, disminuyendo la frecuencia con la que se lubrican los ojos. Entre mayor sea la exposición, mayor es la mala lubricación. “En promedio una persona parpadea 20 veces por minuto, una cifra que disminuye a menos de 10 cuando nos concentramos frente a una pantalla”, concluye el doctor Rosas.
Recomendaciones para evitar el ojo seco
1. Toma un descanso de la tecnología: Toma descansos frecuentes para relajar tus ojos. Prueba la regla 20-20-20: aparta los ojos de la pantalla cada 20 minutos y enfócate en algo a 20 pies de distancia por al menos 20 segundos. Además, asegúrate de parpadear más a menudo cuando uses estos dispositivos.
2. Mejorar la humectación del ambiente: Incrementa la humedad en el aire en tu entorno, quizás al dormir con un humidificador al lado de tu cama, así mismo cuando uses tapabocas.
A la hora de utilizar la mascarilla, un sencillo truco para evitar el ojo seco consiste en grapar los laterales de la mascarilla y crear un pico a la altura lateral de nuestras mejillas que permita que el aire que expulsamos pueda salir.