La forma en que nos alimentamos hoy, ha sido uno de los mayores desafíos de los seres humanos, por lo que muchas veces se generan cambios significativos para proteger la salud y el medio ambiente, por lo que es importante mantener hábitos saludables y una alimentación más prometedora para todos y el planeta.
De acuerdo con Viviana Nariño Bernal, directora del programa de Gastronomía de Areandina, “la propuesta de poner sobre los platos comida real, cobra cada vez más sentido y es clave para un estilo de vida saludable. Es preciso contar con una alimentación basada en productos integrales y frescos, evitando aquellos altamente procesados, llenos de aditivos y conservantes. Los alimentos vacíos aportan calorías, pero muy pocos nutrientes, por lo que se recomienda tener una alimentación equilibrada para cuidar la salud a largo plazo”.
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Para la directora Nariño, la sociedad está llamada a conocer el camino y la procedencia de los alimentos, su calidad y aportes nutricionales, buscar opciones orgánicas, locales y de temporada en la medida de lo posible. “Como académica en gastronomía, hay que educar a las personas sobre los beneficios de una alimentación saludable y sostenible, y cómo pueden incorporar estas prácticas en su vida cotidiana. Hoy en día muchas enfermedades están asociadas a una mala relación con los alimentos, diabetes, problemas gastrointestinales, fallas cardiacas, obesidad, desnutrición y trastornos alimentarios, entre otros”.
Y añade: “Debemos fomentar una cultura alimentaria basada en la diversidad, el equilibrio, el placer y la sostenibilidad, que beneficie tanto al cuerpo como espíritu y desde luego, al planeta en el que coexistimos con otras especies. La comida del futuro o el futuro de la comida es muy promisorio, ya que hay un despertar de consciencia y están emergiendo varias tendencias que están ganando popularidad”.
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Alimentos procesados vs. Alimentos sostenibles
Los seres humanos están optando por alimentos menos procesados y más frescos como frutas y verduras, granos enteros, proteínas magras que son aquellas que contienen poca grasa y ricas en nutrientes como el hierro, el zinc y las vitaminas del complejo B, por lo que la experta recuerda:
“En este grupo de alimentos se destacan la carne de aves, los pescados y mariscos, los huevos, carne de res magra, legumbres como los garbanzos, fríjoles, soja y lentejas y, productos lácteos bajos en grasa, como el yogurt griego; y aquellos bajos en grasa, todos con un alto valor nutricional”, explica la experta.
Otra tendencia importante es el foco en la sostenibilidad y el impacto ambiental de la producción de alimentos, así como el uso de técnicas de producción más sostenibles, reducción de residuos de alimentos, optimización de alimentos y la promoción de alimentos vegetarianos y veganos.
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Según la docente, los hábitos alimenticios de los Centennials, también marcan la pauta en estas tendencias, quienes están más interesados en la comida étnica y exótica que las generaciones anteriores. “Como son más activos en las redes sociales y tienden a compartir sus actividades, valoran no solo la buena comida, sino la experiencia, lo que obliga a los restaurantes a continuar invirtiendo en la decoración de sus locales, crear nuevas experiencias y posicionar marcas coherentes”.
Y añade: “Las características de consumo de esta generación contrastan con su comprobado amor por las comidas rápidas que prefieren disfrutar en la comodidad de sus casas y que ha llevado al aumento de aplicaciones de delivery. Sin embargo, hay que destacar que son los centennials quienes lideran el cambio hacia una mayor conciencia sobre la importancia de una alimentación saludable y sostenible”.
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Finalmente, la docente Nariño destaca la manera apremiante de incorporar el Food Design a la estructuración de ofertas gastronómicas y al desarrollo de productos que se elaboran a partir de la reflexión que atiende no solo a la necesidad de vender, sino a la responsabilidad de alimentar y garantizar el alimento de las generaciones futuras.